Iolanta (Teatro Mariinski, ópera)

Iolanta, la hija del rey René, es ciego. Pero la chica misma aún no se sabe que es ciega: René ha emitido un decreto por el que está prohibido para cualquier persona para hablar de la vista o de la luz en su presencia. Su padre, amigos y enfermera ancianos son educado y gentil hacia Iolanta. El rey no abandona la esperanza de que su hija se curó, aunque él está preocupado ante la idea de que para que esto suceda Iolanta debe aprender que es ciega y que ella debe desear ser capaz de ver. La caballeros Gottfried de Vaudemont y su amigo Robert llegan a Iolanta refugio de paz. Robert se preocupa poco por Iolanta, a quien le ha sido prometida desde la infancia, mientras que Vaudemont cae completamente enamorado de la chica. A solas con Iolanta, Vaudemont pide una rosa roja en la que recordarla. La muchacha le ofrece una rosa blanca y luego Vaudemont adivina que es ciega y le dice de la belleza del mundo que se está perdiendo debido a su ceguera. Vaudemont palabras, sin embargo, no despiertan cualquier deseo en Iolanta ser capaz de ver. Desesperado, el rey René amenaza Vaudemont con la pena de muerte a su hija no puede curar. Temor por la vida del hombre que ahora se ha convertido en cerca de ella despierta en Iolanta la disposición de acordar una operación que se pueda restablecer la vista. Mientras tanto Robert admite que el Rey que ama a otra persona y lo que no puede casarse con su hija.
Al descubrir que Iolanta ahora puede ver, el rey perdona a Robert y le libera de su propio juramento sagrado, estando de acuerdo para permitir que su hija se casara Vaudemont. En la boda, todos los invitados cantan un himno agradecido en alabanza a Dios.